miércoles, 16 de julio de 2008

....y ahora, ¿quién?


Lo malo es que la guerra no acabó por terminar
la gente me contó que no parabas de sangrar
yo tuve que poner las tripas sobre el corazón,
y abril volvió a llover tu cuerpo sobre mi edredón.

Despues de la tormenta nunca viene la calma
cómo, cómo, cuándo y dónde no me basta,
tus promesas sólo son palabras
y tus palabras ya no valen nada.



¿Cómo reabsorben lágrimas los ojos? ¿Quién arregla corazones rotos?